PE Americas, líder reconocido en los estudios de los ciclos de vida de varias industrias y en el desarrollo de soluciones para la sostenibilidad, realizó una investigación para determinar cómo pueden los fabricantes de latas de aluminio reducir su huella de carbono. La clave estuvo en el reciclado.
El estudio realizado no compara las latas de bebida de aluminio con otros materiales competitivos, sino que se concentra en el estudio del ciclo de vida de las latas de aluminio para conocer perfectamente su impacto ambiental y ofrecer soluciones para minimizarlo.
La evaluación del ciclo de vida, LCA (del inglés, Life-Cycle Assessment) es un método para cuantificar el potencial del impacto medioambiental de un producto a través de todo su ciclo de vida, desde la extracción de las materias primas, la producción, la distribución, el uso y la deposición, hasta el reciclaje. El LCA identifica y cuantifica la energía y las materias primas usadas, así como las emisiones y los desechos generados en cada una de las etapas de la vida de un producto, a la vez que estudia cómo se produce el impacto medioambiental y cómo puede reducirse.
La huella de carbono tiene que ver con las emisiones de gases de efecto invernadero (GHG). Este estudio ha establecido la huella de carbono para 1000 latas de aluminio, utilizando dos metodologías que han resultado en dos mediciones de dicha huella.
Utilizando el enfoque del ciclo de vida, la intensidad de GHG de 1000 latas de aluminio es equivalente a 131,5 kg de CO2; para el enfoque de producto reciclado contenido, la intensidad de GHG de 1000 latas de aluminio equivale a 113, 8 kg de CO2.
El método del ciclo de vida informa sobre los beneficios medioambientales desde los productos reciclados hasta el final de su vida útil. El método de contenido reciclado mide los beneficios medioambientales desde todo el uso del aluminio reciclado hasta la fabricación de las latas. Los distintos resultados sobre las huellas de CO2 reflejan las diferencias entre ambos métodos.
Los datos globales para el estudio se han obtenido del IAI, el Instituto Internacional de Aluminio, que se ocupa de todas las inspecciones durante la producción primaria de este material. Los datos de la producción secundaria y de la producción de las láminas de aluminio para fabricar las latas se han obtenido de cuatro compañías norteamericanas que representan una importante proporción del reciclaje y de los procesos de producción.
Por otro lado, los datos de la fabricación de latas de aluminio se recogieron en el Instituto de Fabricantes de Latas (Can Manufacturers Institute).El estudio ha demostrado que se ha mejorado la eficiencia en la producción de latas de aluminio en un 30% desde 1990, y ha establecido un parámetro de contenido reciclado del 67% para las latas de aluminio. La reducción de la huella de carbono de las latas de aluminio a nivel global ha sido de un 44%. También se ha demostrado que la reducción del peso de los envases ha sido del 15% y que el contenido reciclado total ha pasado a ser del 68%.
El proyecto se ha basado en métodos coherentes con la ISO, y ha sido revisado detenidamente.
Los resultados muestran que se está utilizando una cantidad significativamente menor de material y energía para producir la misma cantidad de latas de bebida si se compara con los datos de diecisiete años atrás. El estudio, publicado en la página web http://www.aluminium.org/lca, ha confirmado que la clave para mejorar los resultados de los futuros estudios sobre la huella de carbono es mejorar las tasas del reciclaje. La industria del aluminio se compromete a mejorar las tasas de reciclaje del 54, 2% actual a un 75% en 2015.