El reciclaje, como la educación, empieza en las escuelas. Y la escuela infantil y de educación primaria Reina Violant, del barrio de Gràcia de Barcelona, es un buen ejemplo de ello ya que ha incorporado el reciclaje en el día a día de los niños, convirtiéndolo en algo cotidiano. Como novedad, dentro de su programa de reciclado, este centro ha añadido el papel de aluminio.
¿Alguna vez hemos pensado en la cantidad de papel de aluminio que se desecha cada día en las escuelas? Ciertamente, los tiempos han cambiado y hoy en día el reciclaje afecta a todos. Está presente en todos los aspectos de nuestra vida y, cada vez más, se inculca el hábito de reciclar desde más pequeños. Lo que antes se veía cómo una simple bolita de papel de aluminio (o de plata, que decían algunos) que tirábamos sin ningún reparo, es uno de los materiales más rentables a la hora de recuperar y reciclar: el aluminio.
En el año 2004 se implantó la recogida selectiva de residuos en la escuela municipal Reina Violant de Gràcia, instalando contenedores para diversos materiales e incorporando el reciclado a la dinámica de la escuela. Todo el material recuperado es recogido semanalmente por el servicio municipal de Barcelona Neta. Tal y como explica la directora del centro, Montserrat Triadó, “siempre hemos estado muy interesados en el medio ambiente y, desde la escuela, la tarea de reciclar ha sido nuestro principal objetivo”. Y en este centro, como novedad, se recicla también el papel de aluminio “Los niños reciclan el papel y cartón, las latas de bebida, los residuos orgánicos y también el papel de aluminio, que hemos incorporado recientemente”, afirma la directora.
El aluminio, un metal con mucho potencial
El aluminio es unos de los metales más rentables a la hora de reciclar ya que al producir aluminio a partir de chatarra existe un ahorro del 95% de la energía si se compara con la producción a partir del mineral primario. En el proceso de reciclado no cambian las características del material ya que se obtiene un producto con las mismas propiedades. Además, el aluminio puede reciclarse infinitamente y sin disminuir la calidad del mismo.En el proceso de reciclado de latas de aluminio no hay que eliminar otro tipo de materiales, ya que tanto la tapa como la lata son del mismo material. Las latas vacías se pueden aplastar fácilmente, ocupando muy poco volumen, por lo que son fáciles de transportar. Y el reciclado del aluminio es un proceso rentable porque se trata de un metal valioso alto valor en el mercado. Por último, el aluminio tiene una reutilización infinita ya que el metal recuperado, una vez seleccionado y prensado, se funde y con él se fabrican nuevos lingotes de aluminio que se utilizan para cualquier aplicación.
Un proyecto común
La recogida de residuos en las escuelas es, cada vez más, una realidad. En Barcelona, se está implantando la Agenda 21, un programa que invita a las escuelas a colaborar en proyectos de recogida selectiva y, con este fin, se ofrece asesoramiento técnico y pedagógico a las escuelas municipales a lo largo de todo el curso, así como ayudas económicas para llevar a cabo las acciones pertinentes. El proyecto Agenda 21 se inició en el año 2000 y en él colaboran todas las escuelas municipales de Barcelona. Tal y como explica Pilar Valero, maestra y miembro del grupo de la Agenda 21: “En el distrito de Gràcia, todas las escuelas municipales son miembros de este proyecto y colaboran en la recuperación de los diferentes materiales. Además, los niños conviven con el reciclaje cada día así que lo incorporan a su vida como algo normal.”
Los más pequeños también viven el reciclaje como algo suyo y lo realizan con total normalidad. Para ellos es algo que hacen cada día ya sin pensar, según nos explica uno de los alumnos, Marcel: “Cada día traemos nuestros bocadillos envueltos en papel de aluminio y, al acabar el desayuno, hacemos una bola con el papel de aluminio y lo tiramos al contenedor que toca”.
Los profesores están sorprendidos con la facilidad con que los niños asumen estas nuevas costumbres y como, incluso, influyen en las conductas de sus padres. “Algunos padres nos cuentan que sus hijos les dicen que quieren traer bolsas de tela para el desayuno, y otros niños reutilizan el papel de aluminio para varios días”, explica la directora.
En esta escuela hace ya tiempo que se recicla desde el papel con el que se escribe hasta todos los residuos que se generan diariamente como latas de bebida o residuos orgánicos. “En clase tenemos una papelera para residuos y un contenedor para papel. Utilizamos papel reciclado para borradores o notas, y el normal sólo para trabajos o exámenes. Y así lo aprovechamos todo”, nos cuentan los alumnos. Cuando se les pregunta por las razones para reciclar, ellos mismos lo ven como algo que hay que hacer si quieren conservar el medio ambiente. “¿Por qué separamos? Pues porque después, cuando se haya reciclado, se puede volver a utilizar” concluyen.