Con motivo de la clausura de la consulta pública sobre la revisión de los objetivos respecto a la gestión de residuos de la UE, la Asociación Europea del Aluminio (EAA) pidió a la Comisión mejorar las normas que los regulan y a aumentar la disponibilidad de la chatarra para la industria europea del reciclaje.
El sector del aluminio se sitúa entre las mejores posiciones con unas tasas de reciclaje que superan el 90% en el transporte y la construcción y que se encuentran cerca del 70% en el reciclaje de latas de bebida a nivel europeo. El reciclaje de este material es fundamental para el desarrollo sostenible, ya que ahorra recursos materiales como la energía, reduce los residuos y ayuda a los productores de aluminio a seguir suministrando metales en Europa en un momento en el que la producción primaria está disminuyendo.
Gerd GÖtz, Director General de CEA afirmó: “La industria del aluminio contribuye a una sociedad eficiente de los recursos. Hoy en día, más del 75% de todo el aluminio producido se encuentra todavía en uso gracias al reciclaje. Vemos este proceso como una solución que ayuda al medio ambiente y a la industria europea a la hora de seguir produciendo y proporcionando innovadores y valiosos productos. Sin embargo, es necesario un cambio en la legislación para ayudar a que el potencial del reciclaje de nuestra industria crezca y responder, así, a la creciente “fuga de desechos”.
Por tanto, la industria del aluminio ha emitido una serie de mensajes clave a los responsables europeos:
– Los objetivos para el reciclaje deben ser más ambiciosos, garantizando la igualdad de condiciones entre los materiales y los productos a través de la eliminación gradual de los vertidos al final de la vida útil de los productos.
– Estimular una mejoría en la recogida y separación para el reciclaje, garantizando, así, una mayor calidad de las fracciones.
– Las inversiones destinadas a mejorar las tecnologías de separación existentes y al desarrollo de nuevas e innovadoras soluciones deben ser alentadas a través de incentivos fiscales y de un uso más óptimo de los fondos de la UE.
– Mejorar la transparencia de la información para garantizar que la UE está informando correctamente sobre los datos más relevantes, como el “reciclaje real”, en lugar de la recolección para el reciclaje.
– Mejorar, también, las definiciones de reciclaje, que ejercen una clara distinción entre el material reciclable indefinidas veces en un ciclo cerrado y aquél que, en última instancia, se traduce en una degradación de los materiales recolectados.
– Mejorar el control de las exportaciones de chatarra para asegurar la satisfacción de una demanda cada vez mayor y para prevenir las prácticas de reciclaje deficientes de otros países. Respecto a ello, se ha sugerido el desarrollo de un sistema de certificación global para las instalaciones que operan en condiciones de seguridad laboral y medio ambiental similares a las europeas.
– Por último, la aplicación de la metodología “LCA” (Análisis del Ciclo de Vida) que reconoce plenamente las credenciales del reciclaje de los productos metálicos al final de su vida útil.